Si en algún momento de tu vida adulta sentiste que el deseo de tener sexo escapaba a tu control, al punto de volverse una idea fija o una conducta irrefrenable y dañina para vos y los demás, estas líneas que siguen a continuación pueden resultarte útiles para entender qué es aquello que te pasó o te está pasando, y cómo buscar ayuda.
Durante décadas, la adicción al sexo no se trataba como tal ni recibía ese nombre, sino que, desde la psicología, se la encuadraba dentro de los desórdenes de ansiedad y depresión. En 2018, por primera vez, la Organización Mundial de la Salud incluyó la adicción sexual en su Clasificación Internacional de Enfermedades. Técnicamente llamada Trastorno de Comportamiento Sexual Compulsivo, se la define como “un patrón persistente de falla para controlar los deseos o impulsos sexuales intensos que resultan en un comportamiento sexual repetitivo”.
Como suele suceder, algunos casos resonantes de figuras del deporte y del espectáculo pusieron el tema en primera plana. Según trascendió a la prensa, el actor Michael Douglas, el golfista Tiger Woods y la modelo Kate Moss se internaron para tratar la adicción al sexo. Los especialistas señalan ciertos rasgos comunes en las personas adictas al sexo: impulsividad, un alto componente narcisista, buscar la satisfacción constante y ponerse en situaciones de riesgo, sin detenerse a considerar el daño futuro.
Sin embargo, más allá de ciertas características de personalidad, en enero de 2022 se publicó un informe en el Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, a cargo de la Universidad de Chipre, que se realizó a 104 hombres (68 de ellos adictos) y atribuye la adicción sexual a una mayor cantidad de oxitocina en la sangre. La oxitocina es una hormona descubierta en 1936 por el científico inglés, Henry Dale, que es producida en el cerebro por el hipotálamo y cuyos niveles máximos se alcanzan durante el orgasmo. De no ser refutada, la hipótesis recién publicada abriría el camino a una solución farmacológica basada en la estabilización de la oxitocina
Fuera de lo que diga la ciencia, quienes hoy por hoy padecen adicción al sexo tienen adonde recurrir para pedir ayuda. Existen grupos de reunión entre pares que funcionan bajo el paradigma de Bill Wilson, el fundador de Alcohólicos Anónimos: solo por hoy, practicar los 12 pasos, las 12 tradiciones, la elección de un padrino, bibliografía de apoyo y más. En Argentina, la SAA (Sexo Adictos Anónimos) ofrece reuniones presenciales en Buenos Aires, Posadas y Rosario, a la vez que reuniones virtuales todos los días en 3 turnos diferentes. Además, dentro de su web, hay cuestionarios para hacer una autoevaluación, lecturas recomendadas y reglas de funcionamiento. Y señalan que: “el único requisito para ser miembro es el deseo de detener la conducta sexual adictiva. Nuestra comunidad está abierta a hombres y mujeres independientemente de su religión, raza, origen étnico, estado civil, orientación sexual o profesión.”
En España, se encuentra activa una filial de la SLAA (Sex and Love Addicts Anonymous), cuya sede original está en San Antonio (Texas, Estados Unidos). Si bien el enfoque del tratamiento es similar al de la SAA de Argentina, la SLAA incorpora el amor en la categoría de adicciones. En su sitio web, también se pueden encontrar autodiagnósticos, horarios para asistir a reuniones virtuales, lecturas y testimonios en primera persona. Todas coinciden en que la adicción al sexo puede cobrar formas diversas (consumo de pornografía, promiscuidad, masturbación compulsiva, sexo riesgoso), pero que comparten dos características: es algo que se oculta al resto y que genera sentimientos negativos en quienes la padecen.
Además de causas biológicas, como las de la oxitocina, los especialistas encuentran factores psicológicos para explicar la adicción al sexo. La imposibilidad de controlar el impulso sexual, la repetición de ciertos patrones en torno al deseo y su forma de manifestarse, terminan por generar una obsesión similar a la del alcohólico con la bebida. Y entre los factores ambientales recurrentes en sexoadictos se mencionan las infancias complicadas, con abuso sexual o escenas traumáticas. Quienes han padecido la adicción al sexo mencionan que suele ser un camino progresivo. Entre otras conductas, señalan la negación del problema, la falacia de control sobre sí, la necesidad irrefrenable de saciarse y un vacío angustioso posterior al sexo.
Ahora, la buena noticia es que ya no estás más solo ni sola. Si estás atravesando una situación sexual adictiva, tenés a dónde recurrir para empezar el camino de tu recuperación.
- Reuniones de SAA Argentina
http://www.saa-argentina.com/reuniones.html - Reuniones de SLAA España
https://slaaspain.org/reuniones - Reuniones de SLAA Estados Unidos
https://slaafws.org/onlinemeetings/