Entrevista a Nar-Anon: «Los familiares necesitamos entender de qué se trata la adicción»

Hablamos con Gladys R., servidora de mayor alcance (Información Pública) de Nar-Anon, una confraternidad mundial para aquellas personas afectadas por la adicción ajena, ya sean familiares o amigos. Al igual que en Narcóticos Anónimos, la identidad se mantiene en reserva en Nar-Anon y las reuniones entre pares que atraviesan el mismo problema son la llave para la comprensión y el autoconocimiento en pos de una vida mejor. 

Con su experiencia como máma de un hijo que pasó por una adicción, Gladys R. nos comparte sus aprendizajes más sensibles y nos cuenta todo sobre Nar-Anon. 

¿Por qué y en qué precisa ayuda el familiar o amigo de un adicto?

En el comienzo la ayuda que necesitamos es para entender lo que es la adicción en sí. Al principio, a la mayoría de los familiares o amigos, nos pasa que no entendemos que es una enfermedad. Entonces, necesitamos entender de qué se trata. La adicción es una enfermedad que quien la está padeciendo no puede controlarla. No es que la persona haga eso porque quiera sino porque es una enfermedad. Entonces los familiares y amigos necesitamos conocer por qué consume una persona.

 

¿Cómo afecta la adicción de otro a un familiar o amigo?

La verdad que de muchas maneras. Voy a hablar desde mi experiencia, yo soy mamá. Primero pensaba mi hijo lo hacía por jugar o una cosa así, y cuando yo iba poniéndole límites, él no los aceptaba y yo creía que me lo hacía a propósito. Esto es porque yo no entendía y más cuando él era adolescente. Eso hacía que yo me enojara muchísimo, y así fue hasta que despacito empecé a buscar ayuda, sobre todo ayuda psicológica.

Yo no entendía y pensaba que como padres estábamos  fallando. Yo sola no podía y sinceramente el padre mucho no me ayudaba. Después de un tiempo, de visitar a tres o cuatro terapeutas, todos me decían lo mismo: que la ayuda iba a ser para mí porque mi hijo no estaba dispuesto a recibir la ayuda. Lo que querían hacer era darme una mano a mí. Hoy lo entiendo perfectamente pero en ese momento sentía que yo no necesitaba la ayuda, sino que precisaba que me dijeran cómo hacer para ayudar a mi hijo. 

Fui cayendo a sentirme mal física y emocionalmente al no encontrar alguna ayuda. Hasta que un día me encuentro con una mamá de Al-Anon (que es como Nar-Anon pero se trabaja la adicción al acohol) y me dijo que yo tenía que ir a Nar-Anon, me contó de qué se trataba y ahí llegué. A partir de ahí empecé a entender mucho más qué es la adicción. 

 

¿Qué ayuda recibe alguien que se acerca por primera vez a Nar-Anon?

Lo primero que nosotros decimos es que este es un programa de 12 pasos, que nos ayudamos mutuamente y compartimos nuestras fortaleza y esperanza, que no hay terapeutas y les sugerimos que asistan a 5 o 6 reuniones para darse una idea cabal de cómo funciona Nar-Anon. Nosotros no somos profesionales, nos ayudamos con nuestras propias experiencias. El familiar que llega por primera vez, tal vez en la primera reunión no entiende mucho. Por eso ponemos énfasis en esto: que se den la oportunidad de ir unas cuantas reuniones hasta que vayan entendiendo cómo funciona. 

Te cuento lo mío: uno llega desesperado buscando ayuda para el familiar y en Nar-Anon vamos entendiendo, primero, el hecho de cómo ubicarnos frente a este problema. Entender que esto es una enfermedad que nos causa problemas y la persona que está consumiendo no está consumiendo porque quiere sino porque es una enfermedad lo que lo lleva a esto. 

¿Cuál es el sentido de los Doce Pasos?

Es una forma de conocernos a nosotros mismos. Por ejemplo, el primer paso dice: «somos impotentes ante el adicto, y que nuestra vida se había vuelto ingobernable». Entonces vamos trabajando ese primer paso para encaminarnos hacia que nuestra vida vuelva a ser gobernable. Y aceptar que al adicto le pasa esto porque está enfermo. Así, sucesivamente van los pasos. Este es un programa que acepta todas las religiones y también puede venir un ateo. El programa es para todos y nos cambia la vida cuando empezamos a trabajar estos pasos. Por ejemplo, con el cuarto paso, comenzamos a hacer un inventario moral de nuestro accionar y de nuestra manera de ser. Nos sirve para absolutamente todo, no solo para convivir con un adicto sino para muchísimas cosas de la vida. Cuando lo trabajamos profundamente, nos sirve para ser mejores personas y vamos cambiando esas malas actitudes. Una de las cosas que aprendemos aquí es que con una mirada mala puedo hacer daño al otro. Son muchas cosas las que trabajamos para tener una vida mejor y hacer sentir mejor al otro. 

Cuando trabajamos bien profundamente los pasos, vamos sacando cosas desde la niñez. P0r ejemplo, uno de los pasos es hacer una lista de todas las personas a las que pudimos haberles hecho daño. Y en el siguiente paso se trata de enmendar eso y enfrentarnos a las personas y poder pedirles disculpas por el daño que les causamos. Y me tocó hacerlo con uno de mis hijos, en realidad con los tres. En esa situación de estar tan mal, al más grande yo lo descuidé de tal manera que en un momento lo castigué. Pasó el tiempo y yo vivía con esa carga, hasta que un día le pedí perdón por lo que había hecho. Es maravilloso. 

Cada uno los hace a su ritmo. Hay gente que está hace años  y no los hace, pero no es obligación, es algo sugerido.

¿Cómo son los grupos de Nar-Ateen?

 

Nar-Ateen tiene exactamente el mismo programa que Nar-Anon, pero se trabaja con adolescentes de 13 a 20 años que tengan un familiar adicto. Lamentablemente hubo un tiempo donde no se pudieron realizar, pero desde el 5 de julio volvimos a hacer las reuniones virtuales todos los lunes.

¿Cómo incidió la pandemia en la continuidad de los grupos de Nar-Anon?

Antes de que se cumpliera un mes de la pandemia, en Nar-Anon empezamos a hacer las reuniones virtuales. Por ejemplo, los grupos adonde yo concurro eran dos veces por semana y se siguió de la misma manera. 

Primero empezamos a hacerlo por whatsapp, pero al poquito tiempo nos dimos cuenta de que no estábamos cuidando el anonimato. Entonces empezamos a hacerlas por otras plataformas y los grupos mantenemos la misma frecuencia de reunión. En los grupos entra gente de Tucumán, de Colombia, de Uruguay, de José C. Paz. En todas partes del mundo están trabajando de la misma manera.

 

La coordinadora del sitio web preparó los tutoriales y nos capacitó para crear los grupos y que pudiéramos continuar de manera virtual. 

 

¿Qué repercusión notaste sobre los temas de adicciones a partir de Seres Libres?

Desde que está al aire el programa. muchísima gente ha llamado a nuestra líneas telefónicas después de ver algunas emisiones. Por ejemplo, cuando estuvo la mamá de Chano, mucha gente sigue llamando. Nuestros teléfono son 0800-999-3539 y 4954-8356. También está la posibilidad de entrar a nuestras reuniones virtuales.

¿Por qué se dice desde Nar-Anon que la adicción es una reacción en cadena?

Esto significa que la adicción es algo que afecta a todos. Te hablo desde mi experiencia. En mi familia cuando yo descubro que mi hijo está en la adicción, me enfoqué mucho en buscar ayuda para él y descuidé a mis otros dos hijos. Cambió mi carácter, me sentí muy violenta. Hacía cosas indebidas. Afectó a toda la familia al punto que nos tuvimos que separar mi marido y yo, porque llegó un momento adonde fue impresionante esta situación y hacíamos cosas totalmente tóxicas para toda la familia. 

Yo no puedo hablar por los otros, pero se nota que somos familias disfuncionales. Entonces el adicto que es un ser muy débil es a quien ataca la enfermedad. Siempre decimos que nuestro familiar no nació de un zapallo, nació de un ser humano que ya viene afectado. En mi caso, al ir trabajando los pasos, fui descubriendo que yo tengo 1500 cosas que vienen del seno familiar mío, y lo mismo veo que han venido otras del seno familiar de mi marido. De ahí salieron mis hijos y uno de ellos fue afectado, pero todos tenemos cositas. 

¿Qué le dirías a los familiares que quieren acercarse a Nar-Anon y no se animan?

¿Qué te voy a decir? A mí me cambió la vida. Soy tan libre hoy, antes vivía con tantos prejuicios. Yo les diría que vengan a escuchar. Puede ser una reunión pública, donde hablan 1 o 2 familiares, o mejor en una reunión cerrada porque se escuchan más los compartires de los familiares. Que vengan a 4 o 5 reuniones. Hoy tienen la posibilidad de entrar a una reunión en cualquier horario: de mañana, al mediodía, de tarde, de noche, los fines de semana. Que se den tiempito de escuchar. Hay un lema nuestro y de muchas confraternidades que dice: «Escucha y aprende». Que se lleve lo que le sirve y lo que cree que en ese momento no le sirve que lo deje a un costadito, porque tal vez eso que creyó que no le servía, más adelante puede resultarle de mucho valor. Que se den la oportunidad de venir a escuchar. No pasamos lista, lo único que pedimos es un nombre. Si quiere hablar, puede hablar. Si no, no.

A mí me pasó. Al principio estuve un mes yendo y lo único que hacía era llorar. Escuchaba los compartires y me largaba a llorar porque me veía tan reflejada. Hasta que de a poquito empecé a hablar y fui soltando esa mochila tremenda que llevaba. 

¿Algo que te gustaría agregar?

Una se cree que está sola con este problema. Que no se sientan que están solas, que nos nos debemos sentir solas porque la verdad es que somos muchos, muchos los que pasamos por esta situación. Y que no nos culpemos porque nosotros no somos culpables de la adicción de un familiar, sí tal vez responsables pero no culpables.

 

¿Sos Adicto?

Esta es una pregunta que sólo tú puedes contestar. Todos hemos contestado «sí» a distinta cantidad de preguntas. El número en sí no tiene tanta importancia como el hecho de saber cómo nos sentíamos por dentro y cómo la adicción había afectado nuestra vida. En algunas de estas preguntas ni siquiera se mencionan las drogas, porque la adicción es una enfermedad traicionera que afecta todas las áreas de nuestra vida, incluso las que en un principio parecen tener poco que ver con la droga. Los distintos tipos de drogas que consumíamos no tenían tanta importancia, como las razones que nos hacían tomarlas y el resultado que produjeron en nosotros. La primera vez que leímos estas preguntas, nos espantó la idea de que pudiéramos ser adictos. Algunos intentamos rechazarla diciéndonos: «¡Bah!, estas preguntas no tienen sentido.» o «Yo soy diferente. Sé que tomo drogas, pero no soy adicto: tengo problemas reales de familia/trabajo/afectivos.» o «Lo que pasa es que ahora estoy pasando por una mala racha.» o «Podré parar cuando encuentre el trabajo, la persona, etc. que necesito.» Si eres adicto, antes de que puedas hacer ningún progreso hacia la recuperación, primero tienes que admitir que tienes un problema con las drogas. Estas preguntas, siempre que las hayas abordado con honestidad, pueden servir para mostrarte cómo el consumo de drogas ha hecho tu vida ingobernable. La adicción es una enfermedad que, sin la recuperación, termina en cárceles, hospitales, manicomios o con la muerte. Muchos llegamos a Narcóticos Anónimos porque las drogas ya no nos daban lo que nos hacía falta. La adicción nos quita la dignidad, el amor propio, la familia, los seres queridos y hasta el mismo deseo de vivir. Si todavía no has llegado a este punto de tu adicción, no hace falta que llegues. Sabemos que nuestro infierno estaba dentro de nosotros. Si quieres ayuda, la puedes encontrar en Narcóticos Anónimos. «Buscábamos una respuesta cuando pedimos ayuda y encontramos Narcóticos Anónimos. Llegamos a nuestra primera reunión derrotados y sin saber lo que nos esperaba. Después de haber estado en una o en varias reuniones, empezamos a sentir que los demás se preocupaban por nosotros y estaban dispuestos a ayudarnos. Aunque nuestra mente nos decía que nunca lo conseguiríamos, las personas de la confraternidad nos dieron esperanzas insistiendo en nuestras posibilidades de recuperación. Descubrimos que cualquiera de las cosas que hubiéramos

Los adictos en recuperación son la fuerza que impulsa este movimiento.

Juntos podemos lo que solos nunca podíamos.
Si sos adicto y hoy estás limpio, sos un milagro. Te necesitamos!

Las adicciones no distinguen edad ni sexo ni clase social ni geografía.

Nos atraviesan como sociedad y a todos nos afectan directa o indirectamente.

Aunque si somos conscientes de la problemática podemos combatirlas,

¡se puede!
Pero es necesario que todos nos involucremos en la solución,

¡Por muchos más Seres Libres, sumate al movimiento!