Desde Seres Libres nos comunicamos con ASA (Adictos Sexuales Anónimos), una comunidad de hombres y mujeres que quieren recuperarse de su adicción sexual y ayudar en la recuperación de otras personas.
Nos contaron que funcionan con una adaptación del programa de Alcohólicos Anónimos, y que las reuniones entre pares (virtuales o en persona) son el principio del camino para recuperarse. Que el lema de su escudo dice: “De la vergüenza a la gracia”. Que El libro verde, disponible online, es el eje principal de su literatura porque reúne los 12 pasos y las tradiciones, toca temas como el síndrome de abstinencia, la recaída, la búsqueda de una sexualidad más sana, y contiene testimonios en primera persona sobre diferentes adicciones sexuales.
Desde la ASA, consideran una amplia gama de conductas sexuales adictivas, a las que llaman actuaciones, dentro de la adicción al sexo: promiscuidad, relaciones sexuales anónimas, masturbación compulsiva, obsesiones románticas, uso compulsivo de la pornografía, temor excesivo a tener relaciones sexuales o evitarlas, la prostitución, vestir como el género opuesto de forma compulsiva, y algunas más. Señalan como nota común que las actuaciones, “representan un riesgo para nosotros mismos – físico, legal, emocional o espiritual – y peligro para otras personas”.
Dos testimonios sobre adicción sexual
Y como para poder hacernos una idea de qué significa padecer una adicción sexual, conversamos con dos integrantes de ASA, a quienes vamos a llamar C y L.
Y es C, quien relata primero cómo descubrió su adicción. “Me di cuenta una Navidad que estábamos bailando junto con mi esposa y sonó la alarma de mi PC, indicando que había finalizado una descarga de película (obvio que no era navideña precisamente)”. Y agrega: “Perdí muchísimos trabajos a causa de la adicción, y ella encontró este grupo y me dio un ultimátum para salvar el matrimonio. Eso fue hace 5 años”.
Por su parte, L cuenta que “mi problema es con el consumo de pornografía y lo hacía en mi casa encerrada en mi habitación, a veces me he quedado hasta la madrugada despierta consumiendo pornografía, sin poder parar.” Y si bien está en recuperación hace 5 años, “mi familia no sabe, pero mis amigas más cercanas sí, no lo entienden del todo pero me acompañan y saben que estoy recuperándome.” Y en tren de decir la verdad, L suma: “tengo pareja estable hace un año. Todavía no hablé del tema porque es un tema delicado, pero confío que será comprensivo ya que estoy en este programa de recuperación”.
Respecto a lo que sucede en ASA, C. destaca que “allí se nos escucha sin juzgarnos, esta adicción es demasiado cruel. Si sos alcohólico, a lo sumo te dicen que sos un borracho; o si tu adicción es al juego, te tildan de timbero. Pero con la adicción sexual, te dicen que sos un degenerado, un violador o algo semejante, y no somos eso. Somos personas enfermas que lo pasamos muy mal.”
L apunta a que en el proceso de recuperación es muy importante “participar de las reuniones, escuchar a otras personas que están o que pasaron por las mismas situaciones, y que pudieron parar con la adicción”. Y concluye: “Mucha gente está sufriendo esta adicción en soledad, y no sabe pedir ayuda, les da vergüenza, pudor, angustia. A mí me cambió la vida poder entender qué me estaba pasando y lo que podía hacer para sentirme bien conmigo misma, teniendo una vida sexual sana, estando o no en pareja.”
- Para más información, ingresar: Adictos Sexuales Anónimos
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