Dónde pedir ayuda para dejar de fumar

Ante ciertas situaciones conflictivas, se dice que la solución puede estar al alcance de la mano. Nada más cierto en relación a la adicción al tabaco. Tanto los paquetes de cigarrillos como el tabaco para armar advierten que el «fumar es perjudicial para la salud» e ilustran con una foto de alto impacto alguna de sus consecuencias nefastas, pero además tienen un recuadro blanco en su envase donde brindan un número de ayuda telefónica: 0800-999-3040.

¿Qué pasa si una persona fumadora decide que llegó el día de dejar su adicción al tabaco y llama a este número? Primero, paciencia y dejar que suene hasta que atienda un operador y nos informe que se ofrecen dos formas para dejar de fumar: 1- con un tratamiento en cualquier hospital público y 2- descargándose un manual para lograrlo. 

Si optamos por la primera alternativa, nos preguntarán dónde estamos ubicados (provincia y localidad) y se nos dará la siguiente información: nombre y dirección del hospital más cercano que realiza el tratamiento, médico a cargo, días y horarios de atención. En caso de contar con cobertura, nos dirán si dicha obra social o prepaga ofrece alguna asistencia en la materia. Hay distintos tratamientos, pero en general suelen durar 3 meses con visitas quincenales al consultorio para hacer un seguimiento. El enfoque es práctico, centrado en erradicar el vicio más que en ahondar en los motivos emocionales. 

Si elegimos la vía web para encarar la solución al problema, nos guiarán hasta  descargar el Manual de autoayuda para dejar de fumar, que se encuentra dentro del Banco de Recursos del Ministerio de Salud de la Nación. También existe una página con consejos sobre Cómo dejar de fumar y documentos útiles como una planilla de consumo diario y un test para medir la dependencia a la nicotina.

A decir verdad, ambos caminos son compatibles y pueden complementarse muy bien entre sí, en el sentido de ser uno estímulo del otro porque lo que se va viviendo en la práctica se puede potenciar con la lectura, que además tiene algo anticipatorio en relación al proceso de dejar de fumar. 

Se sabe: existen muchos y variados métodos para dejar el cigarrillo. Parches de nicotina,  magnetoterapia, aplicaciones de láser, con medicamentos, psicoanálisis enfocado en esa adicción, y más. Este que te contamos está ahí, al alcance de tu mano, en el paquete de cigarrillos que ojalá contenga el último cilindro de tabaco que vas a fumar.

¿Sos Adicto?

Esta es una pregunta que sólo tú puedes contestar. Todos hemos contestado «sí» a distinta cantidad de preguntas. El número en sí no tiene tanta importancia como el hecho de saber cómo nos sentíamos por dentro y cómo la adicción había afectado nuestra vida. En algunas de estas preguntas ni siquiera se mencionan las drogas, porque la adicción es una enfermedad traicionera que afecta todas las áreas de nuestra vida, incluso las que en un principio parecen tener poco que ver con la droga. Los distintos tipos de drogas que consumíamos no tenían tanta importancia, como las razones que nos hacían tomarlas y el resultado que produjeron en nosotros. La primera vez que leímos estas preguntas, nos espantó la idea de que pudiéramos ser adictos. Algunos intentamos rechazarla diciéndonos: «¡Bah!, estas preguntas no tienen sentido.» o «Yo soy diferente. Sé que tomo drogas, pero no soy adicto: tengo problemas reales de familia/trabajo/afectivos.» o «Lo que pasa es que ahora estoy pasando por una mala racha.» o «Podré parar cuando encuentre el trabajo, la persona, etc. que necesito.» Si eres adicto, antes de que puedas hacer ningún progreso hacia la recuperación, primero tienes que admitir que tienes un problema con las drogas. Estas preguntas, siempre que las hayas abordado con honestidad, pueden servir para mostrarte cómo el consumo de drogas ha hecho tu vida ingobernable. La adicción es una enfermedad que, sin la recuperación, termina en cárceles, hospitales, manicomios o con la muerte. Muchos llegamos a Narcóticos Anónimos porque las drogas ya no nos daban lo que nos hacía falta. La adicción nos quita la dignidad, el amor propio, la familia, los seres queridos y hasta el mismo deseo de vivir. Si todavía no has llegado a este punto de tu adicción, no hace falta que llegues. Sabemos que nuestro infierno estaba dentro de nosotros. Si quieres ayuda, la puedes encontrar en Narcóticos Anónimos. «Buscábamos una respuesta cuando pedimos ayuda y encontramos Narcóticos Anónimos. Llegamos a nuestra primera reunión derrotados y sin saber lo que nos esperaba. Después de haber estado en una o en varias reuniones, empezamos a sentir que los demás se preocupaban por nosotros y estaban dispuestos a ayudarnos. Aunque nuestra mente nos decía que nunca lo conseguiríamos, las personas de la confraternidad nos dieron esperanzas insistiendo en nuestras posibilidades de recuperación. Descubrimos que cualquiera de las cosas que hubiéramos

Los adictos en recuperación son la fuerza que impulsa este movimiento.

Juntos podemos lo que solos nunca podíamos.
Si sos adicto y hoy estás limpio, sos un milagro. Te necesitamos!

Las adicciones no distinguen edad ni sexo ni clase social ni geografía.

Nos atraviesan como sociedad y a todos nos afectan directa o indirectamente.

Aunque si somos conscientes de la problemática podemos combatirlas,

¡se puede!
Pero es necesario que todos nos involucremos en la solución,

¡Por muchos más Seres Libres, sumate al movimiento!