A qué se le llama coadicción y cómo reconocerla

Cuando vivís preocupada o preocupado por la salud de alguien que querés mucho, porque esa persona no tiene límites y día a día se daña tentando a la muerte, es muy probable que no encuentres paz hasta que esa situación se solucione. Se trate de tu pareja, tu hijo, una amiga o tu hermano, estar pendiente de cuidar y controlar las conductas de alguien adicto te puede llevar a la coadicción.  

En términos simples, se dice que una persona es coadicta cuando se le genera una dependencia emocional hacia alguien de su entorno íntimo que es adicto a alguna sustancia. Si bien las intenciones de ayudar al prójimo son sumamente nobles, se puede caer en una serie de actitudes y conductas que terminen resultando nocivas para las dos partes. 

Del lado del coadicto, lo que empieza como un estar atento se convierte con el paso del tiempo en una obsesión por controlar y cambiar los hábitos de la persona enferma que redunda en perpetuar el cuadro. Es justamente su adicción al adicto lo que lo define, y que suele conducirlo a cubrir sus faltas, asumiendo las responsabilidades del otro. Progresivamente, la dependencia en el adicto hace que desatienda sus propios proyectos e intereses, incluso las relaciones con otras personas. 

Como en otros temas relacionados a adicción, Alcohólicos Anónimos fue pionera, al identificar la problemática en las parejas de los adictos al alcohol. Fueron los primeros en ver que cuanto más se agravaba la adicción, más crecía el control y el encubrimiento de la pareja. De allí nace el término codependiente, que es otra forma de llamar al coadicto, y la idea de crear de Al-Anon, una asociación civil sin fines de lucro que ayuda a los familiares de personas adictas. 

Si bien la coadicción es una condición de autodiagnóstico, existen algunos indicadores que permiten identificarla: 

  • la tendencia a establecer vínculos con personas problemáticas y dependientes
  • tener una autoimagen negativa porque depende del estado del adicto 
  • sentir ira y frustración por no saber cómo manejar la situación
  • la incapacidad de poner límites y la tolerancia extrema al adicto
  • sentimientos de culpa por no poder encausar al adicto
Prolongada en el tiempo, la coadicción genera ciertos patrones de conducto nocivos que se repiten en las personas que la padecen. Por ejemplo:
 
  • la entrega incondicional al adicto deriva en descuidar la propia vida
  • se da un aislamiento social provocada por la necesidad irrefrenable de vigilar al adicto y por sentir vergüenza
  • sentirse una víctima
  • no hablar con nadie de lo que sucede y ocultando el problema
  • abandono de emociones positivas a cambio de furia, miedo, impotencia y depresión 
  • el autocastigo
Aunque la frontera entre preocuparse por un ser querido que está complicado y la coadicción es delgada, para empezar lo mejor es hacerse algún test de autodiagnóstico  y pedir ayuda, ya sea asistiendo a algún grupo de pares o consultando a un terapeuta que trabaje en adicciones. 


¿Sos Adicto?

Esta es una pregunta que sólo tú puedes contestar. Todos hemos contestado «sí» a distinta cantidad de preguntas. El número en sí no tiene tanta importancia como el hecho de saber cómo nos sentíamos por dentro y cómo la adicción había afectado nuestra vida. En algunas de estas preguntas ni siquiera se mencionan las drogas, porque la adicción es una enfermedad traicionera que afecta todas las áreas de nuestra vida, incluso las que en un principio parecen tener poco que ver con la droga. Los distintos tipos de drogas que consumíamos no tenían tanta importancia, como las razones que nos hacían tomarlas y el resultado que produjeron en nosotros. La primera vez que leímos estas preguntas, nos espantó la idea de que pudiéramos ser adictos. Algunos intentamos rechazarla diciéndonos: «¡Bah!, estas preguntas no tienen sentido.» o «Yo soy diferente. Sé que tomo drogas, pero no soy adicto: tengo problemas reales de familia/trabajo/afectivos.» o «Lo que pasa es que ahora estoy pasando por una mala racha.» o «Podré parar cuando encuentre el trabajo, la persona, etc. que necesito.» Si eres adicto, antes de que puedas hacer ningún progreso hacia la recuperación, primero tienes que admitir que tienes un problema con las drogas. Estas preguntas, siempre que las hayas abordado con honestidad, pueden servir para mostrarte cómo el consumo de drogas ha hecho tu vida ingobernable. La adicción es una enfermedad que, sin la recuperación, termina en cárceles, hospitales, manicomios o con la muerte. Muchos llegamos a Narcóticos Anónimos porque las drogas ya no nos daban lo que nos hacía falta. La adicción nos quita la dignidad, el amor propio, la familia, los seres queridos y hasta el mismo deseo de vivir. Si todavía no has llegado a este punto de tu adicción, no hace falta que llegues. Sabemos que nuestro infierno estaba dentro de nosotros. Si quieres ayuda, la puedes encontrar en Narcóticos Anónimos. «Buscábamos una respuesta cuando pedimos ayuda y encontramos Narcóticos Anónimos. Llegamos a nuestra primera reunión derrotados y sin saber lo que nos esperaba. Después de haber estado en una o en varias reuniones, empezamos a sentir que los demás se preocupaban por nosotros y estaban dispuestos a ayudarnos. Aunque nuestra mente nos decía que nunca lo conseguiríamos, las personas de la confraternidad nos dieron esperanzas insistiendo en nuestras posibilidades de recuperación. Descubrimos que cualquiera de las cosas que hubiéramos

Los adictos en recuperación son la fuerza que impulsa este movimiento.

Juntos podemos lo que solos nunca podíamos.
Si sos adicto y hoy estás limpio, sos un milagro. Te necesitamos!

Las adicciones no distinguen edad ni sexo ni clase social ni geografía.

Nos atraviesan como sociedad y a todos nos afectan directa o indirectamente.

Aunque si somos conscientes de la problemática podemos combatirlas,

¡se puede!
Pero es necesario que todos nos involucremos en la solución,

¡Por muchos más Seres Libres, sumate al movimiento!